Basados en el amor propio
“Es que no me da tiempo”, “Al rato tomo agua”, “Ando corriendo todo el día” y, “Apenas me da tiempo de comer, me llevo cualquier cosa”, son frases y pretextos que nos retumban a más de una en la mente, y te puedo asegurar que podrías continuar con la lista de ellos.
En el post anterior relacionado a Salud, comenzamos a hablar de Los cinco pilares para una vida más saludable, y hoy quiero enfocarme en éste primer punto que definitivamente es el que más trabajo puede costarnos, pero que es el detonador de todo lo demás.
¡Haz un ALTO!, detente a analizar qué, cómo, cuándo y porqué realizas cada actividad de tu día; cómo te levantas, a qué hora , con qué ánimo, con qué actitud, con qué objetivo lo haces. Bien, ¿Qué has visto? Posiblemente todo el tiempo corres contra reloj o todo el día “tienes que hacer esto o aquello”; que debes hacer X o Y para poder terminar y descansar; que estás FULL y estás OUT de todo tu día. Pero… ¿Sabías que, la principal causa de los dolores de cabeza es por no beber agua? ¿Sabías que, la principal causa de desgano y falta de energía es no mantener un sueño saludable y una alimentación rica en vitaminas y minerales? ¿Sabías que…? – “¡No Lucero, ya párale! Me vas a estresar más”… Y aunque lo único que quiero es que entres en contacto con tus principales necesidades, lo cierto es que no vas a poder conectar con tu YO interior; ese que necesita agua, frutas, verduras ricas en vitaminas y minerales, ese YO que necesita un sueño higiénico y una vida más saludable, hasta que detengas ese ajetreado ritmo de vida que llevas y proyectes un proceso de autocuidado en el que te fijes pequeños objetivos de amor propio.
Muchas veces me he preguntado, ¿Por qué es tan fácil poner toda nuestra energía en resolver las necesidades de los demás, ya sean pareja, hijos, mascotas, trabajo, y no dedicas un tiempo a la maquinaria que detona todo ese bienestar? ¿Por qué no somos merecedoras de un apapacho? ¿Por qué nuestro nivel de auto-exigencia está basado en los estereotipos de perfección inalcanzables de telenovela, de medidas como las barbies o de mujeres ejecutivas de serie americana que jamás se despeinan y despiertan cual modelos?, ¡BASTA! Hay que saber parar… y hay que comenzar a trabajar si bien no en convertirnos en un estereotipo de revista y televisión, sí en una mejor versión de nosotras, con nuestros objetivos claros, pero con la claridad de que no llegaremos a ellos si no cuidamos de nosotras, de nuestro cuerpo, de nuestra mente y de toda esa maquinaria que como ya te dije, puede crear magia y generar vida, literalmente.
Hoy te comparto tres principios básicos de autocuidado que pueden ser el inicio de la mejor relación de amor de tu vida: Tú.
- Levántate 15 minutos más temprano y dedícalos a alguna actividad que te nutra el alma, báñate con calma y regálate un masaje con un nuevo jabón que huela delicioso. Tómate una taza de café o té; lee algo que te guste y disfruta de tu momento de soledad y reconócete.
- Desayuna. Aunque ya sabemos que el desayuno no es necesariamente el alimento más importante del día, sino todos… la realidad es que desayunar rompe con el ayuno nocturno que ha utilizado sus reservas para recuperar tu energía, tus tejidos, tu piel, entre otros tantos procesos que tu cuerpo hace por ti; no fuerces la maquinaria, recuerda que no hay “taller” que pueda repararnos con garantías y sin consecuencias.
- Evita los pensamientos tóxicos. Evita la queja, evita hablar mal de los demás, relaciónate con personas que construyan, promueve reuniones con gente con quien tengas cosas en común, ya sean proyectos, ideas, anécdotas, etc. Muévete de los lugares y conversaciones incómodas o de las relaciones forzadas, tú mereces disfrutar de la compañía de otros que también te disfruten.
Dejemos de creer que una buena nutrición solo se adquiere por los alimentos, una buena nutrición comienza con amor propio, autocuidado, pensamientos positivos, agradecimiento; el alimento sostiene una cadena de valor que te ayudará a encontrar el equilibro y bienestar.
¡Creces tú, crecemos todas! Te acompaño…
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